Tercer programa de CDEC (la radio escrita)
¡Buenos días cagaderoamigos! ¡Bien avenidos y bienvenidos,
haced mucho ruido y poneos erguidos, porque ya está de vuelta el menda más
desinhibido pilotando vuestro programa preferido! ¡Seeh! ¡El hat-trick de ‘Confesiones
desde el cagadero’, el único programa que se mantiene en el candelero mientras
peta los sumideros! Y es que qué mejor terapia que soltar lo negativo o
positivo con tan adorable motivo: ¡el descomer! Todavía está quien no lo puede
entender, como si sus boñigos fueran aperitivos y su wáter el mantel, ¡Ay
Maribel! ¡A esas almas cándidas y delicadas a cavar ponía yo hasta que lo
ordenara mi cimbel, y cuando tuvieran hambre… mis huevos con bechamel!
¡Alaaa! ¿He sido muy cruel? ¡Qué va! Sólo son rimas de nivel
coloreando microclimas en lo alto de frías cimas, un libre pincel desbocado
cual majestuoso corcel al amanecer que ansía embellecer y en vuestros oídos renacer.
Esto… ¿Habéis oído qué ñoñez? ¡Me ha salido purpurina de la nuez! ¡Si siempre
hablara así tal vez acabaríamos todos con acidez! Mejor vuelvo a ser soez, pero
antes de dar paso a nuestro cagaderotestimonio quiero decirle algo a Antonio, mi
recién llegado nuevo compañero: te vigilo muy de cerca mosquetero, pórtate bien
y no me hagas ser grosero…
(Antonio, el acojonado nuevo-nuevo técnico de sonido: “Espacio
patrocinado por garbanzos La Sorda”.)
¡Encantá de llamarte Mr. Letrina! Vivo en Pantufla del Aguacate, me llaman
Rigoberta y tengo 35 aquí en la Tierra. Pero mi nombre de verdad es Kalísñide y
tengo 1247 años. Llegué dun planeta llamao Breniópide, y mi clan, los Kreñapitas, como estabàmos de
guerras y jaleos me eligieron a mí de entre 800.000.000 billones que éramos, pa
conseguir que nuestra espesie peldurala. Menguaron mi tamaño y me teletraspetaron,
como se dice ohtia, total, me mandaron convertía en espermatosoide en un viaje
así inmediato hasta adentro de los huevos del Ignasio, mi papa de aquí. Y ná, me
dedico a cuidar viejicos, y si les hago una manuela me dan dies euricos estras,
que la cosa está mu mala y me vienen mu bien las perrillas. Pero cuando se
hagan mosos mis dos hijos Yonatán y Asusena, haremos un ritual Kreñapita y nos
tralfosmaremos en nuestra forma real, y aluego conquistaremos la Tierra con avansadas
télnicas de hisnotisar que yo sé. Pero a ti no te haremos ná Mr. Letrina, ¡porque
te quiero! ¡Eres el mejò! Tescucho toas las… Bueno, te dejo que mi Asu no para
de darle a la puerta que dise que se mea tòa, ¡la puta la cría esta que jarte
que tiene! ¡Un Besico rey!
Btrrgbrbgrbhbsshhhhhhhhhhhhhhhhhh (sonido del cagadero).
¡Oh, oh, yeah! ¡Yeah, yeah, maracuyeah y el copón de la
baraja! ¡Rigoberta, qué tía más maja! Nuestros cagaderofans extraterrestres
están hoy de enhorabuena porque seguro que muchos de ellos querrían salir en
antena, ¡así que ya sabéis verdes amigos abandonad vuestra colmena que esto es
una verbena! ¡Llamad de Júpiter, Saturno, Marte o Neptuno! ¡Llamad de
Breniópide si el cuerpo os lo pide! ¡Aquí no somos racistas sólo un poco
anarquistas, así que aterrizad vuestras naves que aquí tenéis mi pista!
¡Ay, ay, ay! Queridísimos hermanos de wáter, hay cabezas con
agujeros del tamaño de un cráter en el que sus neuronas no dialogan, sólo
combaten. Pero qué hacemos, ¿les atizamos con un bate? ¿Los colgamos del
gaznate? ¿Envenenamos su comida sin que se percaten? ¡Para nada chavalada! No
ensuciaros las manos que bastante mierda tragamos a diario, pero teniendo pasta
en efectivo o un buen talón bancario, ¿para qué ser el villano habiendo
sicarios?
(Cuarto programa: http://vivirdesconectado.blogspot.com.es/2013/10/confesiones-desde-el-cagadero.html)
No hay comentarios:
Publicar un comentario