miércoles, 20 de marzo de 2013

El del mudo y el gritar

¿Por qué no puedo gritar? Estoy mudo. Vale. Debo aceptar mi posición. Debo aceptar que no puedo expresar mi opinión acerca de un tema que necesito opinar, porque se trata de mí. Están hablando de mí. Y están hablando mal, y no puedo replicar. Mierda.
¿Qué están contando de mí? ¡Es todo mentira! ¿Por qué me ponen en tan mal lugar? ¿Y por qué no puedo gritar? ¿Por qué no puedo dar un golpe en la mesa y decirle a todo el mundo que esas falacias no tienen fundamento alguno? Porque estoy mudo. Mierda.
Soy mudo, e invisible. Soy un ente, un fantasma, ni siquiera estoy aquí, solo puedo escribir. Pero nadie me lee, y en el caso de que alguien lo hiciera, nadie me comprendería, porque necesito gritar muy alto. Como solo yo puedo hacerlo. Estas palabras son un canto desesperado de un hombre roto por un destino cruel. Mierda.
Tengo que expresarme de algún modo. Debo inventar algún método para sacar esta rabia que llevo dentro. Esto no puede quedar así. No se pueden ir de rositas, no se lo voy a permitir. ¿Quién se han pensado que son? ¿Con quién cojones se creen que juegan? ¿Acaso no impone mi presencia? ¿Acaso no soy lo suficientemente grande como para que al oír mi nombre, no se echen a temblar? Es posible, pero soy un fantasma, una ilusión en mi cabeza, soy tan grande como mi imaginación me deja, pero es una ilusión, una proyección narcisista de mi persona la cual solo yo puedo ver. Es como masturbarme viendo mi foto, un placer solitario, egocentrista y de nuevo, solitario. Estoy solo. Mudo y solo. Y no existo. Mierda.
No puedo hacer nada más que incrementar mi ego ante las críticas. Vivir es triste y cada segundo se antoja una pequeña tortura de la que no podré salir bien parado. ¡Qué efímeros son los buenos momentos! ¡Y qué mentirosos! Valientes hijos de puta. El reloj no para de sonar y total, ¿para qué? ¿Es esta una película sin final? ¿Cómo termina esta historia? No quiero que ganen los buenos, sería obra de un guionista muy cínico y cabrón. Esta historia es para los malos. Estaba escrito desde el principio y ha de ser así. Entonces, ¿en qué bando he de estar? En tierra de nadie se está muy bien, pero he de pagar el precio de ser un fantasma. Un fantasma sin lucha, un fantasma conformista. Una persona sin fe. Sin nada a lo que aspirar, ni nada por lo que luchar. ¿Te das cuenta ahora de por qué estás mudo? Tiene sentido, y es un asco. Mierda.


No hay comentarios:

Publicar un comentario