lunes, 30 de septiembre de 2013

Ay Catalina!

Menos que mierda, el altar hacia un mundo mejor se antoja utópico. La almohada ya no puede llenar el vacío que deja la imaginación. Y como un niño me aposto encima de la cama, temeroso de los sueños. La noche es un mundo muy peligroso. La mente viaja intentando crear una estancia más bonita, es una optimista muy hija de puta.
Me duermo entre demonios, como si fuera el único ser en todo el planeta, solo. Como si no existiera el aire puro. Respiro fuego. Temeroso de vivir, cuento las horas por minutos y el alba me saluda con saña. Otra noche más que he sobrevivido. Al menos me lo tomo con humor.
Durante 23 horas al día me siento Superman, un titán, un coloso indestructible capaz de superar el más angosto de los caminos equipado de cualquier tipo de carga emocional, propia o ajena. Pero es asomar Catalina su dulce rostro y me vuelvo el más dócil e indefenso de los mortales. Me convierto en un Clark Kent deprimido, un Bruce Banner hasta arriba de prozac, un Dr Jekyll, un don nadie débil y apenas sin aliento, necesitado de un abrazo, una caricia, un pecho en el que descargar la carga de esta ajetreada cabeza pensante. Hasta los monstruos necesitan un poco de cariño.
Mientras tanto, el centro de gravedad manda rayos cargantes de razón al vecino de arriba que se las da de sabiondo, pero éste no entiende los impulsos de su compañero de piso. "Tan listo para unas cosas, y tan tonto para otras".
Los días pasan y la angustia se va apoderando de mi ser, espero que llegue el día de volver a ser quién era, de volver a sonreír porque sí, de ser 24 horas yo, y no un sucedáneo de lo que algún día fue un alma alegre. No siempre se gana en esta vida, acepto mi derrota, pero presiento que cual fénix renaceré de mis cenizas, más fuerte, más bello y con unas alas tan grandes que surcaré el cielo en busca de quien ha de verme hecho cenizas inertes, pero felices. Abogo para que así sea.


miércoles, 25 de septiembre de 2013

CONFESIONES DESDE EL CAGADERO



Tercer programa de CDEC (la radio escrita)

¡Buenos días cagaderoamigos! ¡Bien avenidos y bienvenidos, haced mucho ruido y poneos erguidos, porque ya está de vuelta el menda más desinhibido pilotando vuestro programa preferido! ¡Seeh! ¡El hat-trick de ‘Confesiones desde el cagadero’, el único programa que se mantiene en el candelero mientras peta los sumideros! Y es que qué mejor terapia que soltar lo negativo o positivo con tan adorable motivo: ¡el descomer! Todavía está quien no lo puede entender, como si sus boñigos fueran aperitivos y su wáter el mantel, ¡Ay Maribel! ¡A esas almas cándidas y delicadas a cavar ponía yo hasta que lo ordenara mi cimbel, y cuando tuvieran hambre… mis huevos con bechamel!
¡Alaaa! ¿He sido muy cruel? ¡Qué va! Sólo son rimas de nivel coloreando microclimas en lo alto de frías cimas, un libre pincel desbocado cual majestuoso corcel al amanecer que ansía embellecer y en vuestros oídos renacer. Esto… ¿Habéis oído qué ñoñez? ¡Me ha salido purpurina de la nuez! ¡Si siempre hablara así tal vez acabaríamos todos con acidez! Mejor vuelvo a ser soez, pero antes de dar paso a nuestro cagaderotestimonio quiero decirle algo a Antonio, mi recién llegado nuevo compañero: te vigilo muy de cerca mosquetero, pórtate bien y no me hagas ser grosero…

(Antonio, el acojonado nuevo-nuevo técnico de sonido: “Espacio patrocinado por garbanzos La Sorda”.)


¡Encantá de llamarte Mr. Letrina! Vivo en Pantufla del Aguacate, me llaman Rigoberta y tengo 35 aquí en la Tierra. Pero mi nombre de verdad es Kalísñide y tengo 1247 años. Llegué dun planeta llamao Breniópide,  y mi clan, los Kreñapitas, como estabàmos de guerras y jaleos me eligieron a mí de entre 800.000.000 billones que éramos, pa conseguir que nuestra espesie peldurala. Menguaron mi tamaño y me teletraspetaron, como se dice ohtia, total, me mandaron convertía en espermatosoide en un viaje así inmediato hasta adentro de los huevos del Ignasio, mi papa de aquí. Y ná, me dedico a cuidar viejicos, y si les hago una manuela me dan dies euricos estras, que la cosa está mu mala y me vienen mu bien las perrillas. Pero cuando se hagan mosos mis dos hijos Yonatán y Asusena, haremos un ritual Kreñapita y nos tralfosmaremos en nuestra forma real, y aluego conquistaremos la Tierra con avansadas télnicas de hisnotisar que yo sé. Pero a ti no te haremos ná Mr. Letrina, ¡porque te quiero! ¡Eres el mejò! Tescucho toas las… Bueno, te dejo que mi Asu no para de darle a la puerta que dise que se mea tòa, ¡la puta la cría esta que jarte que tiene! ¡Un Besico rey!

Btrrgbrbgrbhbsshhhhhhhhhhhhhhhhhh (sonido del cagadero).


¡Oh, oh, yeah! ¡Yeah, yeah, maracuyeah y el copón de la baraja! ¡Rigoberta, qué tía más maja! Nuestros cagaderofans extraterrestres están hoy de enhorabuena porque seguro que muchos de ellos querrían salir en antena, ¡así que ya sabéis verdes amigos abandonad vuestra colmena que esto es una verbena! ¡Llamad de Júpiter, Saturno, Marte o Neptuno! ¡Llamad de Breniópide si el cuerpo os lo pide! ¡Aquí no somos racistas sólo un poco anarquistas, así que aterrizad vuestras naves que aquí tenéis mi pista!

Adorada Kalísñide alias Rigoberta que de los viajes interestelares eres una experta, viniste desde calcopín a nuestro planeta y fuiste directa a una bragueta, la de Ignacio, cuyos cojoncios fueron tu palacio, y más rápido que despacio llegaste a una seta para, a tus mil y pico años, volver a mamar teta... ¡Al final voy a ser yo el que se vaya de vareta! La verdad que es un verdadero honor para un servidor saberme a salvo de tus planes de hisnotisasión, pero antes me gustaría pedirte un último favor: ¡me tiro de los cabellos por tener el número de tu camello! No hace falta que me lo abarate, si es necesario le pago en oro de 24 quilates, ¡pero quiero saber lo que fumáis los colgaos de Pantufla del Aguacate! ¡Antonio prepara los petates y ves arrancando el yate que esta noche va a haber tomate!

¡Ay, ay, ay! Queridísimos hermanos de wáter, hay cabezas con agujeros del tamaño de un cráter en el que sus neuronas no dialogan, sólo combaten. Pero qué hacemos, ¿les atizamos con un bate? ¿Los colgamos del gaznate? ¿Envenenamos su comida sin que se percaten? ¡Para nada chavalada! No ensuciaros las manos que bastante mierda tragamos a diario, pero teniendo pasta en efectivo o un buen talón bancario, ¿para qué ser el villano habiendo sicarios?

Bromas malévolas aparte el tercer programa ya parte inexorablemente a otra parte, y desde la Tierra o desde Marte, para animarte o distraerte, cada miércoles volveremos a hablarte, cagaderoyente, ¡ten esto muy presente! ¡Mr. Letrina se despide por hoy en ‘Confesiones desde el cagadero’! ¡Buena suerte coleguillas y partidlo en dos si no cuela entero! ¡Yeah!

(Cuarto programa: http://vivirdesconectado.blogspot.com.es/2013/10/confesiones-desde-el-cagadero.html)

martes, 24 de septiembre de 2013

Esclavos de ayer y hoy

Qué ganas de romper con todo, qué frustración. ¿Qué necesidad tengo de soportar todo esto? ¿Quién soy en realidad? Viajo por este mundo a la deriva, soy un número más de la lista, un elemento prescindible de este gran eslabón sin orden y sin rumbo.
Y mientras todo a mi alrededor se va a la mierda, yo me dejo llevar, aun sabiendo que no quiero mancharme de heces, pero estoy cubierto hasta el cuello y no hago nada para remediarlo. Soy un cobarde en un mundo de mierda.
¡Arriba! No llegues tarde a donde tengas que ir. No se te ocurra quedarte durmiendo. ¡Trabaja! ¡¡TRABAJA!! No seas rebelde, no te salgas de la línea marcada, o caerá el peso de la sociedad sobre ti. Serás tratado de vago, maleante o peor aún: delincuente.
¿En qué se diferencia esta época de nuestros antepasados? ¿No somos igual de esclavos? Han cambiado los eufemismos, pero no la historia. Han cambiado el látigo por palabras como horas extra, paro, subsidio, hipoteca, alquiler, etc, mientras que los mismos de siempre siguen siendo eso, los mismos de siempre.
Disculpad esta pequeña salida de tónica del blog, pero de vez en cuando, uno tiene que pensar que todo esto es una conspiración antifelicidad. Que el mundo ideal existe, solo hay que buscarlo y luchar por él. Siempre hay hueco para un trocito de esperanza, y mientras tanto, como decía Platero y tú: "Yo sigo esperando y se acaban las horas en el mismo sitio donde vuelves tu ahora. Restos de un naufragio que trajeron las olas"


lunes, 23 de septiembre de 2013

Quién dijo compasión?

Grita. Grita cabrón. Grita ahora que nadie te oye. Desahógate. Rompe cosas. Pégale patadas a las puertas y golpéate la cabeza. Sé autodestructivo. Pero no des muestras de flaqueza. Mírate los puños, están ensangrentados. Son heridas de guerra, están justificadas, daños colaterales lo suelen llamar.
¿De qué tienes miedo? No lo sé, pero estoy muy asustado. Me aterra el mundo y las personas. Solo conmigo mismo me siento seguro. Sí, seré yo solo contra todos. Me volveré a hacer fuerte otra vez, y nada podrá derribarnos. Sí, eso es lo que haré, me voy a volver de acero y me pondré un jodido chaleco antibalas para más protección.
¿Y qué hago mientras tanto? Pues aquí estoy, en postura fetal mirando a todos lados sin saber de dónde vienen las hostias. ¿Es justo? Yo que sé, ya no creo en la justicia, ni siquiera sé si existe o no. ¿Qué es la justicia? ¿Quién la imparte? ¿Por qué? A lo mejor me merezco esta paliza. Igual el motivo es porque soy gilipollas ¿qué motivo hay mejor?
¿Es este un post de autocompadecimiento? A gusto. Es lo que hay cuando las cosas no tienen sentido. Alguien dijo alguna vez que "Es amigo mío el que me socorre, no el que me compadece", así que yo me pregunto: ¿soy mi propio amigo? ¿O ni yo mismo quiero tener relación conmigo? Es jodido llegar a un punto en el que no te gustas, o que te miras en el espejo y no ves lo que quieres ver, pero ¡qué cojones! Todos hemos sido débiles alguna vez, y de vez en cuando, tenemos derecho a estar tristes.
Solo pensar en una cosa me hace esbozar una sonrisa. Pero para alcanzar mi nirvana particular primero tengo que recoger la habitación, que está llena de mierda. Entiéndase por habitación mi puta cabeza, y por mierda, pues eso, la mierda.


miércoles, 18 de septiembre de 2013

CONFESIONES DESDE EL CAGADERO


Segundo programa de CDEC (la radio escrita)


¡Buenos días, bien avenidos y bienvenidos!, pero antes limpiad la cera de vuestros oídos, ¡porque aquí regresa ‘Confesiones desde el cagadero’! Os habla Mr. Letrina, un chisposo reportero de wáter por sombrero. ¿Qué tal va la vida chavalada? ¿Está mi manada animada? ¡Espero que esas preocupaciones que os tocan los cojones no conviertan en marchas fúnebres vuestras canciones! ¡Hay que arrancar el día con una sonrisa aunque te hayan jodido un parabrisas! Y es que sin duda no atravesamos una época gloriosa… ¡Los buenos tiempos pusieron pies en polvorosa!

Sin ir más lejos hoy estoy viviendo un día tremendamente peliagudo: mi Lamborghini pierde más aceite que mi vecino Hugo, mi masajista Naomi está de vacaciones en Lugo, a mi mayordomo se le ha quemado el besugo… y para colmo acabo de pedir un cóctel de frambuesa y ¡no tenemos jugo! ¡Pero no lloréis por mí cagaderoyentes porque yo no me arrugo, siempre apechugo con mi yugo! ¡Devoro mis problemones personales cual jamón de Jabugo y si algún mal rollo anda suelto yo seré su verdugo! ¡Joder cómo conjugo! ¡¡Adelante nuestro cagaderotestimonio de hoy!! Lo patrocina… emm… ¡Viceroy!

(El recién contratado nuevo técnico de sonido: “Disculpen a nuestro presentador por querer rimarlo casi todo. Este espacio en realidad está patrocinado por imperdibles La Despistá”.)


¡Hola Mr. Letrina! ¡Te escucho todas las mañanas! Me llamo Brandon y la verdad es que no tengo nada importante que contarte, ¡pero la caquita no salía y me aburría! Resulta que estoy en casa de mi colegui Esmeraldo y se ha puesto a hablar por el WhatsApp con Sílfida, que por cierto madre mía qué tonteo llevan, y su novia no sabe nada ¿sabes? Entonces digo pues aprovecho y voy al servicio, porque claro, además de haber comido muchos torreznos es nombrar a Sílfida y me entran unos retortijones… ¡Ya se ha tirao a medio barrio ¿sabes?! Y como me contó Flor de Lis, ¡sin condón ni ná! Y claro a mí Esmeraldo me dice que no le gusta, pero ayer tomando café con Paolo me contó que el finde pasado estuvieron en su casa de botellón y ellos se apartaron del grupo porque querían jugar al ajedrez. ¡Sí, al ajedrez! ¡Te cagas! ¡Uyy no, eso yo! ¡Jijijiji! ¡Y la novia de Esmeraldo estaría muy mosca supongo! Pero ayer le pregunté a Cisnedorado y me dijo que la ve normal como siempre. Bah, Cisnedorado es tonta o se lo hace, ¡pero a mí no me la dan! ¡Ahora hablaré yo con quien tenga que hablar!

Btrrgbrbgrbhbsshhhhhhhhhhhhhhhhhh (sonido del cagadero).


¡Wow, wow, wow! ¡Que me aspen si este ¿tío? no es un “Vidainsulsa”! ¿Quién alguna vez no se ha topado con un person similar? ¡Qué repulsa! Bueno cagaderopeña, primero os haré una breve reseña: cuando venga la cigüeña será una incertidumbre el careto de vuestro hijo, así que no echéis al fuego más leña y evitad los nombres pijos. ¿Esmeraldo, Cisnedorado? La cara del retoño no es algo que podamos elegir… ¡Pero copón el nombre sí!
Aclarado este punto voy con mi colega Brandon, Brandillo, Brandete: a ver "Vidainsulsa", tú no llames más y concéntrate en cagar, no quiera dios se te agriete el ojete. Y es que ese es tu problema chaval, ¡que no estás en lo que estás y vives pendiente de los demás! Que si mengana es una fulana, que si el otro también se lo monta con la hermana, pero the question es: ¿quién coño se mete en tu cama? Sigue mi consejillo bella dama, busca chicas o chicos, lo que te dé la gana, ¡pero abandona tu vida de Sálvame que es insana y pronto te saldrán canas! ¡Colócate a ti en la diana y lánzate a vivir envuelto en llamas, da igual que alguna historia te salga rana porque algún día alcanzarás tu nirvana!

Vosotros amados cagaderoyentes tened muy presente que los “Vidasinsulsas” son entes que mienten con sus lenguas de serpiente y confunden a la gente cual empresa a los clientes, no seáis inocentes y manteneos ausentes de lo que ellos inventen, investiguen o comenten. ¡Tened esto vigente antes de sufrir un accidente!

¡Y esto es todo desde el programa grosero, directo y sincero con más salero, un abrazo grande y que sepáis que de verdad os quiero, Mr. Letrina se despide por hoy en 'Confesiones desde el cagadero'! ¡Buena suerte coleguillas y partidlo en dos si no cuela entero! ¡Yeah!

(Tercer programa: http://vivirdesconectado.blogspot.com.es/2013/09/confesiones-desde-el-cagadero_25.html)

martes, 17 de septiembre de 2013

El de los sabiondos pedantes

Voy a enseñarte a vivir. Voy a contarte cuatro milongas para que pienses: ¡qué verdad! Voy a sacar a relucir toda mi parafernalia para luego cagarme en ella. Seré tu nuevo dios, desde la sombra. Porque mientras tú estés adorándome, yo estaré cagándome de la risa sentado en mi sillón, mientras me rasco los huevos e invento frases que "te harán pensar". Soy el poseedor del sentido de tu vida y me lo estoy pasando por el forro.
Soy aquel que leerás mis obras y te quedarás pasmado, soy esa persona a la que le importa un carajo tus sentimientos, estados emocionales, opiniones e ideas, simplemente me creo en la condición de dar lecciones de vida, porque he sido un sufridor nato, o eso dicen en la tele. He vivido en un mundo muy diferente al tuyo, por eso quiero arrancarte de él, aunque seas feliz, y trasladarte al calvario que he pasado, para que así sientas la pasión de vivir en toda su gloria. Luego nos iremos de cañas al bar de abajo y hablaremos de fútbol.
Tus temas de conversación se quedan en minucias al lado de todo lo que yo puedo comentarte. Soy mejor que tú, solo eres un ser humano del montón, mientras que yo he conseguido alzarme por encima de la media y se me ha asignado la responsabilidad de decirte lo mediocre que eres. No eres feliz con tu vida, y lo . Pero si no te queda claro, yo te lo repito, porque me gusta hacer estas cosas.
Nunca vas a tener razón, ¿cómo osas contradecirme? Le daré la vuelta a todo lo que me digas con tal de poner en duda tus "conocimientos". Porque no existe la verdad absoluta...a no ser que la diga yo, en ese caso, si no lo acatas, serás juzgado por el resto de tus congéneres y serás tratado de idiota. Porque tengo el reconocimiento de la sociedad. Tengo licencia para mear encima de lo que piensas.
¿Que quién me ha dicho todas estas cosas? ¿Quién me ha asignado estas responsabilidades? Pues yo, ¿quién me las va a decir? ¿Acaso hay alguien mejor?


lunes, 16 de septiembre de 2013

Mi rol en el mundo

Vivir en la tensión constante no es una opción. Es la peor de las desesperanzas. Pero no hay opción, es lo que toca si quieres seguir viviendo. Es curioso que para poder vivir, tengamos que morir poco a poco, y de una forma tan paulatina, que no te das ni cuenta. Pero está ahí.
Un día más y la motivación por los suelos. ¿De quién es la culpa? ¿Quién es el encargado de enchufarme a la vida? ¿Jefes, padres, profesores? ¿O yo mismo? Al final va a resultar que sí, que el máximo culpable de que me sienta como un deshecho sea yo. Soy mi propio enemigo, y soy un pedazo de cabrón. Soy el peor jefe que he tenido nunca, soy implacable, no doy tregua ni descanso y no me permito respirar. No me permito luchar por mis sueños, y en vez de ello, me castigo con metas "fáciles", estables y socialmente aceptables. Yo mismo voy por dos caminos diferentes, pero está claro quién lleva la voz cantante...
¿Pasión? ¿Emoción? Mi yo racional no entiende de esas cosas. Prefiere estabilidad, seguridad, sobriedad, y demás sinónimos dignos del más puro robot social. ¿Por qué lo racional está ligado a valores tan aburridos? La vida es diversión, y sin embargo hemos condenado el sentido de vivir a unos patrones de conducta moralmente inadecuados. Como he dicho antes, nosotros mismos somos nuestros propios enemigos. Hemos sido capaces de privarnos de algo simplemente porque nos hace sentir bien, ¿tiene sentido esto? Bienvenido a la raza humana, cierra al salir.
Motiva tu creatividad y te juzgarán por loco. Pasa diez horas diarias en una oficina y te hablarán de éxito profesional. Explora tus sentimientos y emociones y te tacharán de imprudente. Ve a trabajar enfundado en un traje y siente las miradas de envidia a tu alrededor.
En mi mundo ideal no me odio tanto, en mi mundo ideal me caigo bien y soy un tío de puta madre. Aquí, bueno... soy uno más que se cree que está hecho de otra pasta. Supongo que tendré que dejarme las tonterías de que soy especial y aceptar mi rol. Solo así podré participar en la idea de felicidad. Maldito Platón y sus teorías...


jueves, 12 de septiembre de 2013

Entre lo absurdo y lo imposible

Soy el amor platónico de un terrorista islámico. El sueño de artista de una prostituta. Soy el apetito insaciable de un gordo. Soy cada una de las cosas que no eres y querrías ser. Soy una llamada a una habitación vacía, un teclado sin vocales. Soy un talentoso músico callejero, pobre y sin dinero. Soy la cima más alta e inexplorada posible. Soy esa oportunidad perdida. Soy esa bala en la cabeza equivocada. Soy un mafioso que quiere llevar una vida "normal". Soy una libertad auténtica, una justicia justa. Un absurdo, un imposible.
Y con esta consigna ando por bandera haciendo mi vida más llevadera, y entretenida, todo sea dicho. Si quiero un trozo de cielo, no tengo más que alzar la mano y cogerlo. Vivir es tan sencillo como complicado, no me cansaré de repetirlo. Pero es todo tan confuso, que a veces no sabemos si estamos ante algo simple o algo realmente complejo. Entonces, ¿en qué quedamos? Quedemos entonces en que hay que vivir, e intentar hacer simple lo complicado, pero no a la viceversa como se suele hacer. Además, a mí no me preguntes cómo vivir, yo voy haciendo las cosas sobre la marcha, nunca me gustó tener nada planeado. Me gusta fluir como lo hace un piano, me gusta andar al ritmo de la música, y ver que todo está en armonía, tal y como lo dejé. Me gusta la simetría y soy un maniático del orden. Pero el patrón de lo ordenado déjame definirlo a . Serás cabrón, acabas de decir que nunca te gustó tener las cosas planeadas. Vale, eso no quiere decir que no me guste el orden.
Mi orden es un tanto especial, porque lo defino yo, yo soy el que tiene los patrones del orden y el que decide cómo encajan dos piezas. ¿Es absurdo? Pues sí, pero ya te dije quién era: soy un río que no desemboca, soy un lápiz sin carboncillo...


miércoles, 11 de septiembre de 2013

CONFESIONES DESDE EL CAGADERO

Primer programa de CDEC (la radio escrita)



¡Buenos días queridos radioyentes desconocidos! Bien avenidos y bienvenidos al estreno de este pequeño espacio llamado ‘Confesiones desde el cagadero’, y aunque esto no sea un rimadero, mi nombre es Mr. Letrina y ¡presento como me sale de los huevos quiero! El cagadero, ¡ay el cagadero! ¡Qué lugar ocupa en nuestras vidas tan importante! Nos bajamos los pantalones y no recibimos ningún desplante sea cual sea nuestro talante en dicho instante. En él hallamos paz y comprensión, intimidad y satisfacción, alivio y en ocasiones… ¡una peste del copón! ¡Pero retruécanos qué más da! Un cagadero no juzga a su ocupante, se limpie sentado, de pie, de lado o por delante. Un cagadero te mira al ojo sin ser oftalmólogo y soporta tu monólogo como el mejor psicólogo.

Pero aquí el cagadero no es el único protagonista, él es el médium y vosotros los artistas. Podéis mandar vuestras reflexiones, alegatos, anécdotas o confesiones para que salgan en antena, con la única condición de que al terminar tiréis de la cadena. ¡Y sin más dilación nuestro primer cagaderotestimonio! Por cierto… ¡lavaros las manos no os coman los microbios!


Hola Mr. Letrina. Me llamo Jacinto pero todo el mundo me conoce como “el Chupamuebles”. Y no, mi apodo no es en sentido figurado. En efecto chupo muebles desde pequeñito. Crecí portando esta  peculiar manía grabada en mi ADN, ya que sin duda prefería lamer el reposabrazos de un sillón o la pata de una silla antes que el chupete. Al principio me valía cualquier material, pero pronto la madera se convirtió en mi verdadera perdición. Hoy día soy capaz de diferenciar un contrachapado de un aglomerado con un solo lengüetazo, distingo sin vacilar entre la deliciosa caoba o el exquisito ébano sea cual sea el barniz aplicado, aunque nada como un buen barniz acrílico de poliuretano por supuesto. Esta atípica afición mía nunca ha sido bien acogida socialmente. Mis diferentes –pocas- novias siempre me han abandonado con la misma muletilla: “¡parece que esté besando una mesita de noche!” Como si eso fuese algo malo, rumiaba yo… Cuando ya había perdido toda esperanza por encontrar mi media naranja, el destino –internet- la puso en mi camino. ¡Amor a primera vista como en las películas! Su nombre Juana, Juana “la Chupaescobillas”. Reconozco que su aliento no me entusiasma demasiado… ¡pero nuestro amor, respeto y comprensión están más allá de cualquier halitosis! 


Btrrgbrbgrbhbsshhhhhhhhhhhhhhhhhh (sonido del cagadero).


¡La puta cómo está el mundo! (técnico de sonido: “¡Estamos en anteeena!”) Emmm, perdonar un segundo… (Mr. Letrina: “¡¡%$@$&% de mierda %$@$&% cabrón incompetente!!”) Disculpar este pequeño incidente, ¡cosas del directo! Vaya, vaya, ¡interesantísima la historia de nuestro amigo Jacinto! Un verdadero ejemplo de cómo escabullirse de un laberinto sin engancharse al vino tinto. Y todo gracias a Juana, una original ciudadana que ha sabido ocupar la otra mitad de su cama sin reproches ni escamas, sin aversión ni desgana, sólo de amor, respeto y comprensión está colmada esta trama.

Y digo yo mozos y mozas, ¿en el fondo qué son minucias nimias como chupar muebles o escobillas, adiestrar cucarachas o coleccionar colillas? En realidad todos somos más raros que un pollo con orejas, ¡y quien esté libre de pecado que tire la primera oveja! Una bonita moraleja tengo entre los dientes dedicada para ti, querido cagaderoyente: Jamás pierdas la esperanza en esta dura andanza repleta de amenazas; con entusiasmo siempre avanza aunque te den calabazas, coge tu corazón y haz la mudanza siendo valiente y no una nenaza, pues quien de verdad te merezca a tu favor declinará su balanza y querrá bailar la vida al compás de tu danza.

¡Ohhh qué cuqui mi epílogo sentimentalero! ¡Se ha emocionado hasta la piedra de mi mechero! ¡De repente me han entrado unas ganas locas de montarme en tu velero y ponerte yo el sombrero! ¡Ay que me pongo sandunguero! ¡En fin Serafín esto ha sido todo por lo pronto a gusto con la vida espero! ¡Mr. Letrina se despide por hoy en Confesiones desde el cagadero! ¡Buena suerte coleguillas y partirlo en dos si no cuela entero! ¡Yeah!

(Segundo programa: http://vivirdesconectado.blogspot.com.es/2013/09/confesiones-desde-el-cagadero_18.html)


martes, 10 de septiembre de 2013

Me presento



Saludos queridos lectores y lectoras de “Vivir Desconectado”. No, no soy Alejandro, pero tranquilos, no he tenido que utilizar la fuerza para tener el permiso de guarrearle su querido Blog… ¡Me han bastado un par de carantoñas! Pues sí corazones, es un chico muy facilón. Pronto comprenderéis, si tenéis la paciencia de leerme, que casi siempre trato de ponerle un poco de cachondeo a todo lo que digo o hago, así que si no es estrictamente necesario os aconsejo que no me toméis demasiado en serio. Dicho lo cual no significa que algún día no os vaya a soltar un tochaco con más chicha que el culo de Paquirrín, pero soy muy consciente de que esa necesidad ya os la colma con creces el susodicho individuo que he nombrado anteriormente, al cual aprovecho para decirle que escribir en el espacio personal de un tío tan cojonudo como él es un honor tan grande o mayor (todavía lo estoy decidiendo) como tomarme un “relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor” con Ana Botella (lo siento tenía que decirlo).

Y para los que os estéis preguntando qué hace un personaje como yo en un sitio como este, os diré que homenajear una maravillosa idea que Alejandro tuvo durante su adolescencia, ¡hace un par de lustros ya!: “Confesiones desde el cagadero”. ¿El título promete a que sí? El original era un programa presentado por un tío muy simpático dispuesto a reflexionar sobre la vida en el momento de la evacuación. Yo le he dado un poco la vuelta, convirtiéndolo en un programa de radio escrito en el que los radioyentes envían sus “cagaderotestimonios” para que la estrella del programa, Mr. Letrina, les eche un cable con sus consejos rimados. ¡Espero que os mole la idea y os saque alguna sonrisilla!

Un abrazo, nos vemos pronto no, ¡YA!

lunes, 9 de septiembre de 2013

El juicio de los cobardes

Delirio de color carmesí. Sacos grandes llenos de paja, mucho peso, poca sustancia. ¿Crees que puedes tapar el exilio con tan poco material? Te faltan motivos y te sobra fachada. El triunfo de los cobardes no existe en mi paraíso.
Me pides clemencia, pero no soy yo el responsable de dictar un veredicto, solo soy un mero espectador en una posición privilegiada. Primera línea pagada de mi bolsillo, fruto del ahorro y del sacrificio de este tiempo, vamos, que me lo he ganado con creces.
Sabes que este juicio está perdido de antemano, ser un cobarde te ha funcionado en otras villas hasta ahora, pero rogar la absolución es como matar al guardia por una condena por asesinato. Absurdo incluso para ti. El peso de la ley dictada por mi conciencia caerá sobre tus hombros, pero habrás sido y solamente el que se haya condenado a sí mismo, porque bajo mi jurisdicción las leyes promulgadas en su día tras muchas deliberaciones no dan lugar a dudas: destierro inminente.
Es tu fin en esta tierra. Encontrarás otras, no lo dudo, otras más afines, otras que permitan tu conducta e incluso es posible que encuentres tierras donde idolatren tus modos, que lo dudo. Mas aún es de agradecer tu presencia en este paraíso, pues los alborotadores hacen que una vez identificados, sea más fácil dar con ellos, así que supongo que tendré que dar gracias por la parte que te toca, al fin y al cabo.
Antes podía reprimir el número de elocuencias, ahora, hago angostos caminos en rutas ávaras. Cuando ruge o serena tu impulso cárnico, ostenta su grandeza ilícita la imbécil pedante. ¿O luchabas la amnistía secreta?
No podía haberme quedado más a gusto. Que tengas mucha suerte, pero lejos de aquí.


jueves, 5 de septiembre de 2013

Carta a esa desaparecida

¿Y qué otra cosa quieres que te diga si me haces disfrutar más que nadie? ¿Qué otra cosa quieres que haga si contigo no encuentro maldad? ¿Qué otra cosa quieres que piense si a tu lado todo se ve mucho más fácil? ¿Qué otra cosa quieres que escriba que no sean estas palabras?
Si cuando te tengo entre mis manos hallo paz y hermandad con el ambiente, si todo es más bonito, si la comida me sabe mejor, si la música tiene más sentido. ¿Por qué no decirlo? ¿Por qué eres tan mala como buena conmigo? ¿Por qué eres prohibitiva? Mi ángel roto, insistiendo haces un agujero negro abusivo. Soy yo mismo quien pone barreras contigo, porque debo hacerlo, y porque sé que podrías destruirme al mismo tiempo que me das la vida. Menuda relación que mantenemos.
La única barrera que nos separa es mi sentido común, esa molesta vocecita que piensa que siempre tiene razón y que nunca se equivoca. ¿Quién te has creído que eres? ¿No te das cuenta de que si siempre te hiciera caso, nunca habría disfrutado de nada en la vida? A veces, vale la pena sufrir en pos de vivir.
Y ahora mismo, tengo ganas de disfrutar de ti, de tu fragancia, de tu estímulo, de tu compañía. Y sí, es posible que en un futuro me arrepienta de haberlo hecho, quién sabe si será en un futuro próximo o en un futuro lejano, o puede que nunca me arrepienta, pero en este momento me da igual, soy un idiota sin conciencia, y cuando te vea, voy a hacer como si nunca nos hubiéramos separado. Porque mis labios, mi ingenio y mi risa te echan de menos. Porque se fueron y los necesito justo ahora. Por eso voy a hacer que vuelvas, pero en pequeñas cantidades, que nunca me ha gustado abusar.