jueves, 18 de abril de 2013

El poder más injusto

Una palabra, y soy capaz de olvidarlo todo. Todos los problemas, todos los malos rollos, todas las comeduras de cabeza. Todo mi estado de ánimo lo cambio por una palabra. Una palabra que quizá nunca llegue, una palabra aleatoria, una palabra sin sentido, pero es una palabra.
Mis oídos marchitos esperan ser regados con una palabra que les permita seguir viviendo, mientras tanto voy intentando regar con música decente lo que queda de ellos. Pero no es eso lo que quieren escuchar. No puedes regar una planta con abono.
Mientas tanto, la cabeza da vueltas, viaja de un lugar para otro, haciendo miles de suposiciones sin sentido que no llevan a ninguna parte. ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Cómo?... el cerebro humano no está preparado para un ataque de esta envergadura. Y sigue rumiando, rumiando y rumiando. La parte objetiva de tu mente desaparece y en su lugar crece la irracionalidad. Nadie es tan bueno como cree que es, ni nadie es tan malo como creemos que son. Tenemos que empezar a pensar que quizá hemos dotado a alguien de un poder que ni siquiera sabe que lo tiene.
El poder desconocido es muy curioso. Hay quien sabe que lo tiene, y también existe la gente que lo tiene, pero no lo sabe. Esos son los peligrosos, los que tienen un enorme poder, pero desconocen su alcance. No les culpo, porque la gran mayoría de las veces, ese poder es injustamente impuesto, y le echamos la culpa cuando se equivocan, o cometen actos indebidos. ¿Qué esperamos? Ni siquiera saben el poder que tienen, ¿cómo podemos exigir que obren con claridad cuando es precisamente esto de lo que carecen? No amigos, no podemos imponer poder a terceras personas que son ajenas a nuestros continuos cambios de estados de ánimo y luego echarles la culpa de nuestra desdicha. Siempre somos responsables de nuestra vida, tanto de nuestros actos, como de nuestros estados.
Muy claro todo ¿verdad? Todo muy limpio, las cosas bien hechas. La lección aprendida. ¿Pasamos página? Ni de coña. Escucho una palabra y soy capaz de olvidarlo todo. Todos los problemas, todos los malos rollos, todas las comeduras de cabeza....

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