lunes, 8 de abril de 2013

Trenes de ida y vuelta

Los trenes de la vida solo tienen billete de ida. Puta demagogia de mercadillo barata.
Los que inventan frases para dar lecciones de vida, ¿de qué coño van? ¿Qué quieren demostrar? ¿Que saben más que nadie? No soporto los que intentan ir de superiores y de experimentados. ¿Te ha tratado mal la vida? Me parece bien. Ahora déjame que me estrelle yo cuando y donde a mi me salga de los huevos. Igual no has pensado que quiero estrellarme yo. Igual tu mente privilegiada que tanto ha sufrido y tanto ha aprendido, no puede concebir la idea de que me quiera dar de bruces contra el suelo. Yo quiero cometer mis propios errores.
Después de este pequeño paréntesis, venía para decir que los trenes no solo tienen billete de ida. Tienen de ida, de vuelta y un pedazo de horario de pasada diario que oscila entre las 00:00 y las 23:59. Otra cosa es que estés tan pedante y te adolezcas tanto de ti mismo que no quieras ver ese horario. La vida sí que da segundas y terceras oportunidades, y muchas más. Solo hay que buscarlas. Y hay que saber buscarlas.
Vivir es tan sencillo como complicado. Ser feliz es una utopía y en esta guisa nos movemos. Busca tu tren. Ese tren que perdiste hace años y que piensas que no va a volver a pasar. Búscalo, compra un billete y móntate. Es así de sencillo.
La premisa es sencilla, aparentemente. Pero amig@s, vivir es tan sencillo como complicado, y si tan fácil es el planteamiento, igual de costoso será llevarlo a cabo. Pero no nos preocupemos, porque en estos casos, el fin justifica el sacrificio. Porque es nuestro tren. El tren que tanto hemos idealizado. Porque ahora somos conscientes de que es posible montar. Y lo estamos intentando. Sabemos que va a pasar y estamos luchando por ese billete que cada día está más y más cerca, y el sacrificio para conseguirlo se convierte en placer y esto lo hace aun más emocionante.
Montar en el tren no es la aventura. Conseguir el billete, es la felicidad.


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