miércoles, 20 de junio de 2012

Palabras, vida y muerte


Libertad, divino tesoro. Juventud, éxito, dinero, fama, reconocimiento, paz, palabras...
¿Qué significan las palabras? ¿Cuánto vale un sentimiento? ¿Quién decide qué y cuándo? Demasiadas dudas para una simple cabeza. Demasiado complejo para entenderlo y demasiado complejo para una investigación con éxito.
¿Somos conformistas? ¿Acaso hemos perdido el amor por el prójimo? ¿Por qué hemos de sentir amor por el prójimo? ¿Son acaso las incoherencias la salsa de un plato a medio cocinar?
¿Por qué lo que está bien, está bien? ¿Por qué pienso eso? ¿No es más racional hacer lo que me venga en gana? ¿Sin consecuencias? ¿Quién me lo impide? ¿La sociedad? ¿Normas establecidas? ¿Por quién?
Hoy me he levantado preguntón, pero las preguntas, como he dicho antes, no significan nada. Pueden ser respondidas, pero seguirán sin ser nada. Una aclaración en una mente aleatoria de un sujeto sin importancia. Ahora no quiero preguntas con respuesta. No quiero acciones. No quiero consecuencias. Todo lo que hagamos, no servirá para nada. De todo lo que conocemos como "bueno", el único fin es la convivencia y la conservación de la especie humana. ¿Somos más que nadie? ¿Por qué? ¿Religión? Venga ya....
No somos nada, por mucho que consigamos. No somos nadie en la inmensidad del universo. Estamos de paso en un planeta que nos detesta, un planeta que está empezando a odiarnos por lo que somos: una especie egoísta y narcisista.
Ya seas un presidente, o un premio Nobel, o un deportista de éxito, al final acabarás siendo lo mismo que yo: un trozo de carne putrefacta como los millones de nuestros predecesores. Escogemos caminos diferentes para llegar a una meta común, tras la que no hay certeza de lo que va a ocurrir. ¿Habrá conexión a internet? ¿Podré escribir desde allí? Ya os diré algo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario