jueves, 20 de septiembre de 2012

Abusón....cabrón

La venganza es un plato que se sirve muy frío. Aquel niño que superaba la treintena no se consideraba rencoroso, pero aquello fue un trauma demasiado fuerte como para dejarlo pasar sin hacer algo al respecto.
En el suelo podía ver la figura sin vida de aquél que lo había torturado siendo un colegial, convirtiendo una infancia feliz en un suplicio del cual deseaba escapar con todas sus fuerzas.
No sentía lástima, tampoco alegría, ni pena, ni satisfacción personal. El sentimiento que recorría su piel era mucho más fuerte que eso, era paz, descanso, alivio. Se odió a sí mismo por sentir aquello, pues desde que abandonó la ciudad, no había vuelto a saber nada de aquella persona... hasta hoy.
Un mal momento, un golpe en un mal sitio, y una mala caída. Los dioses estuvieron de su parte cuando le propinó el único gancho que pudo soltar después de la paliza que le estaba pegando cuando le intentó atracar.
Ahora yace muerto en el suelo. No respira. Pero sí respira su yo de diez años. Ya puede salir a jugar tranquilo, pues el abusón no va a volver a molestarle nunca más.
Le espera un proceso judicial importante, y puede que vaya a la cárcel. Pero ese individuo, nunca más volverá a molestarle.
Nunca más.

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