miércoles, 26 de septiembre de 2012

Libertad secuestrada

Y la libertad lloró. Como lloran todas las madres cuando les arrebatan a sus hijos... y pensó que si sus hijos la querían, tendrían que luchar por ella, pues no podía hacer nada para recuperarlos. Pero ahí estaba la codicia, la avaricia, el abuso del poder, que manipulaban las mentes de sus hijos para hacerles creer que ya no la necesitaban. Cuán equivocados estaban...
Los hijos de la libertad añoraban a su madre, y aunque los energúmenos les habían hecho creer que su madre seguía con ellos, habían unos cuantos que sabían lo que estaba ocurriendo: la libertad estaba presa y había que recuperarla.
Lástima que la libertad tiene millones de hijos, pero solo unos cuantos luchan por recuperarla, mientras que la gran mayoría sigue bajo el embrujo de los energúmenos.
¡Llegará algún día en el que desaparezca ese embrujo y consigamos liberar a nuestra madre libertad! Mientras tanto, ¡nunca dejemos de luchar por la que es nuestra madre y le debemos tanto!

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