lunes, 28 de octubre de 2013

Un abono de temporada, por favor

No me importa que mañana empiece tu primavera. Me da igual que mañana no sea viernes. ¿Qué más me da que florezca en tu alborada? Aquí en las alturas el sonido del silencio es perenne, así que, el mar que baña mis dudas está en calma, y el sol que alumbra esta playa brilla con luz constante. Los meteorólogos dicen que mañana hará bueno y no preveen chubascos próximos. Es lo que tiene el verano mediterráneo.
A toro pasado la vida se ve más cómoda, en palco VIP, pero todo tiene un precio, y la posición privilegiada en la vida no se hereda. Todo el dinero del mundo no puede comprar un asiento en primera línea. Solo los más currantes y los más motivados deciden a quién poner en estos asientos, aderezados, eso sí, con un catering excelente y muy completo, sí señor. La zona está muy cuca.
¿Vale la pena? Por supuesto, ¿para qué tantas lágrimas entonces? ¿Para qué tanto esfuerzo, tanto sacrificio, si se va a quedar en saco roto? Lo mejor que tiene luchar en este juego, es que el único competidor eres tú mismo. Así que estás jugando contra ti, contra tus diferentes versiones, y solo tú eres quién decide el ganador, solo tú tienes la potestad de darle la llave del palco a la versión de ti que creas que lo merece más. ¡Vaya responsabilidad! ¿No lo puede hacer otro?
¡Pero no desesperes querido amigo o querida amiga! Porque la decisión no es definitiva, aunque en el momento en que la tomas piensas que así lo es. Al final el palco es un putiferio de idas y venidas. Incluso hay días que se apelotona la gente ahí y ya no sabes quién entra o quién sale. Locura transitoria la llaman, pero bah, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Todos tenemos derecho a estar locos alguna vez. ¿O al final vamos a ser jueces también de palcos ajenos? ¡Ay rufián! ¡Cómo te gusta meterte en camisas de once varas! ¡Entérate que esta no es tu fiesta!
En fin, empiezo a escuchar el sonido del trote del coche de caballos, así que supongo que llegó la hora de partir. Hoy hay partido y tengo entradas. ¿En primera línea? Claro coño, ¿o acaso te esperabas que esto iba a ser siempre un nido de tristeza y pena?

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