martes, 20 de marzo de 2012

En mi cueva


Lejos de toda civilización me espera mi cueva. Ella permanece impasible al paso del tiempo.
Está para todo el mundo, aunque yo la considero como mía. Cuando entro en ella siento su calor, siento que se alegra de verme y siento que me acoge en su regazo cuando apoyo mi cuerpo en busca de descanso.
Mi cueva no conoce internet, no sabe lo que es un smartphone y nunca ha visto un partido de fútbol, ni siquiera sabe lo que es un edificio, pero es poseedora de tanta sabiduría, que si hablara, podría callar a toda la humanidad mientras comparte su conocimiento.
Yo voy a verla todas las semanas, egoistamente para que comparta conmigo toda su sabiduría, pero ella, orgullosa ella, piensa que no estoy preparado para albergar los tesoros que posee, dice que todavía soy demasiado humano para ella, y que hasta que no me deshumanice, no podré comprender la magnitud de estos tesoros.
¿Demasiado humano? Le dije en un atisbo de súplica. Pero pronto comprendí a lo que ella se refería. Los secretos que mi cueva aguarda, no son perceptibles para el ser humano moderno, no se pueden vender ni puedes plasmarlo en un libro. No son tangibles, ni puedes ganarte la vida con ellos. Los secretos de mi cueva no se cuentan en bits ni en bytes, y tratarán de loco a aquél que intente promulgarlos.
Los secretos de mi cueva no son humanos, ni están hechos para ellos.
Aunque nunca consiga entender los secretos de mi cueva, soy feliz en ella, sé que lo que siento en ella, forma parte de su sabiduría, y algún día, cuando alguien esté lo suficientemente preparado, mi cueva le hablará de mí y quien escuche, será feliz.

2 comentarios:

  1. Yo también tengo un sitio parecido al que voy todos los días, a la misma hora, lo llamo "mi sitio". Es un lugar donde me encuentro en paz, donde recargo mi energía y mi calma.
    Es bonito tener un lugar así. Siempre está, no te abandona, hagas lo que hagas cuando vas está allí, impasible, sin cambios. Igual que lo dejaste el día anterior.
    Es lo más seguro que tengo ahora mismo.

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    1. Querid@ Anónim@, me alegro muchísimo por ti, por haber encontrado ese lugar donde habita la paz de cada uno. Es muy difícil encontrar un lugar como el que describes, al igual que me costó muchísimo encontrar mi cueva. Espero que seas muy feliz allí. :)
      Un saludo y muchas gracias por escribir!

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