martes, 4 de diciembre de 2012

El hombre, la mujer y otras cosas del meter

Hoy iba a escribir unas líneas bonitas. Con sentimiento y muchas metáforas en referencia al alma y el corazón, y a la verdad que desprende. Pero he pensado: ¿para qué?
Sé que leeré esas líneas unos días después y pensaré: "vaya cursilada que solté aquel día, sudaba purpurina", así que he decidido que por lo menos hoy no voy a escribir nada cursi.
Hoy en día se ha perdido la figura del hombre galán, aquel que conquistaba a la dama recitando un poema y llevando un ramo de flores con la rodilla hincada al suelo. Las mujeres lo saben, y lo aceptan con gusto por lo que parece...
Yo echo de menos esa época. No es que la haya vivido (ni mucho menos), pero sí que me habría gustado componer unas palabras bonitas y recitarlas frente al portal de mi amada, mientras su madre me tira un cubo de agua para que no moleste. Eran otros tiempos, otras costumbres.
Pese a aceptarlo, las féminas no pierden la esperanza de encotrar a su príncipe azul en medio de un lago repleto de sapos y ranas, es por ello que se apoyan en los galanes televisivos de moda del momento. Eso, queridos congéneres, es una llamada de socorro.
Pero claro, el cerebro de una mujer es un tema aparte. No sois complicadas, queridas, del mismo modo que no todos los hombres somos iguales. Los tópicos, al igual que los récords, están para romperlos y DEBEN estar rotos lo antes posible.
Para que una mujer deje de ser complicada hay que seguir dos consejos: mírala a los ojos y escucha lo que dice. Ya está. Hay mucha industria de lo misterioso rodeando a la mujer, pero en el fondo son tan sencillas como el resto de humanos.
Y bueno, esto por hoy es lo máximo que puedo ofrecer. Quiero disculparme si lo escrito no tiene mucho sentido, lo he tecleado en diferentes momentos del día y ya sabéis, no se piensa igual a las 8 que a las 14... así que es probable que os encontréis con casos contradictorios dentro del mismo post, que ya tiene delito. ¿Y mañana? Para mañana ya me he comido mi pequeña ración de esperanza.


2 comentarios:

  1. Me has dejado con las ganas, ganas de metáforas en referencia al alma y el corazón. También ganas de que llamen a mi puerta, y aunque no sea de rodillas, me regalen un ramo de flores y acepte la espina.

    Gracias por escribir.

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    1. Cada día me da por una cosa. No te preocupes que el día más inesperado haré un post que te entrará diabetes solamente con leerlo. Un saludo y gracias por tus palabras ;)

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