martes, 22 de mayo de 2012

Lágrimas y sollozos


A veces, en la soledad de su habitación, Manuel lloraba en silencio. Deseando que sus lágrimas algún día pudieran gritar tan alto que no le hiciera falta hablar. Mientras tanto, él seguía llorando. De repente, un buen día, una de sus lágrimas se reveló contra él, y decidió que no iba a salir si no le daban un motivo de peso.
- Te estoy ordenando que salgas - le decía Manuel, triste.
- Me niego a salir, no hay motivo aparente para que salga y para que me desintegre con el suelo, o contra el pañuelo que ahora sostienes. Si alguna vez muero, quiero que sea por una causa justa o por algo que merezca la pena.
- ¿Acaso no es causa suficiente mi situación?
- ¿Qué te ocurre? - se apresuró a decir la lágrima.
- Mírame, soy joven, pero no gusto a nadie. No tengo amigos, ni gusto a las chicas. No tengo un buen físico y apenas tengo dinero para comprar mis caprichos. Estoy suspendiendo casi todas las asignaturas del trimestre y a este paso, creo que voy a repetir. Para colmo, mi madre no me deja salir de casa y el único modo que tengo de desahogarme es quedándome en mi cuarto y llorar todo lo que quiera, así que si te digo que salgas, haz el favor de salir.
- Te he dicho que me dieras una razón de peso para salir, y por ahora no me has dado ninguna. Si hay algún problema que no tiene solución, entonces no puedes hacer nada y no vale la pena llorar, por el contrario, si hay algún problema y tiene solución, pues no vale la pena llorar, pues lo que tienes que hacer es buscar una solución.
- Entonces, ¿cuándo vale la pena llorar? - le dijo el chico a la lágrima.
- Vale la pena llorar de alegría, querido amigo. Esa es la causa más justa que conocemos las lágrimas de morir.
- Ahora mismo no quiero llorar de alegría.
- ¿Por qué? ¿Acaso no es maravillosa la vida? ¿No son preciosos los atardeceres? ¿No es preciosa una noche estrellada? Hay muchas más razones para amar la vida que para odiarla. Dices que no tienes amigos, ¿acaso has intentado hacerlos? Alguien no es tu amigo de la noche a la mañana. Ten en cuenta que el amor que se fragua en una amistad es eterno, con lo cual tendrás que ganarte la amistad de alguien día a día. No busques amigos de usar y tirar, porque al final no tendrás amigos.
Dices también que no gustas a las chicas, bien, cuando vas a comprar una casa, es de idiotas comprar una casa sin ver el interior de la misma. Una casa que solamente tiene una fachada bonita podrá aguantar durante un tiempo sí, pero si por dentro la casa se cae a pedazos, no vale comprarla. Eres demasiado joven para comprender que es mucho mejor una buena casa que una casa bonita. Pero cuando alguna de estas casas bellas se destruya, darás más importancia a estar bien construido que a la belleza.
Conozco a tus padres, y son unas personas maravillosas, pero no comprenden el mundo moderno. Tienes que tener paciencia con ellos, pues ellos quieren lo mejor para ti, y comprende que tampoco es fácil para ellos.
El resto de las cosas que me has dicho tienen la misma solución: esfuerzo y lucha. NUNCA dejes de luchar y de esforzarte, pues al final siempre saldrás recompensado.

Después de las palabras de la lágrima, el chico ya no volvió a llorar de tristeza, pues siempre que se sentía abatido o triste, recordaba las palabras de su amiga y encontraba motivos para reír.

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