miércoles, 25 de septiembre de 2013

CONFESIONES DESDE EL CAGADERO



Tercer programa de CDEC (la radio escrita)

¡Buenos días cagaderoamigos! ¡Bien avenidos y bienvenidos, haced mucho ruido y poneos erguidos, porque ya está de vuelta el menda más desinhibido pilotando vuestro programa preferido! ¡Seeh! ¡El hat-trick de ‘Confesiones desde el cagadero’, el único programa que se mantiene en el candelero mientras peta los sumideros! Y es que qué mejor terapia que soltar lo negativo o positivo con tan adorable motivo: ¡el descomer! Todavía está quien no lo puede entender, como si sus boñigos fueran aperitivos y su wáter el mantel, ¡Ay Maribel! ¡A esas almas cándidas y delicadas a cavar ponía yo hasta que lo ordenara mi cimbel, y cuando tuvieran hambre… mis huevos con bechamel!
¡Alaaa! ¿He sido muy cruel? ¡Qué va! Sólo son rimas de nivel coloreando microclimas en lo alto de frías cimas, un libre pincel desbocado cual majestuoso corcel al amanecer que ansía embellecer y en vuestros oídos renacer. Esto… ¿Habéis oído qué ñoñez? ¡Me ha salido purpurina de la nuez! ¡Si siempre hablara así tal vez acabaríamos todos con acidez! Mejor vuelvo a ser soez, pero antes de dar paso a nuestro cagaderotestimonio quiero decirle algo a Antonio, mi recién llegado nuevo compañero: te vigilo muy de cerca mosquetero, pórtate bien y no me hagas ser grosero…

(Antonio, el acojonado nuevo-nuevo técnico de sonido: “Espacio patrocinado por garbanzos La Sorda”.)


¡Encantá de llamarte Mr. Letrina! Vivo en Pantufla del Aguacate, me llaman Rigoberta y tengo 35 aquí en la Tierra. Pero mi nombre de verdad es Kalísñide y tengo 1247 años. Llegué dun planeta llamao Breniópide,  y mi clan, los Kreñapitas, como estabàmos de guerras y jaleos me eligieron a mí de entre 800.000.000 billones que éramos, pa conseguir que nuestra espesie peldurala. Menguaron mi tamaño y me teletraspetaron, como se dice ohtia, total, me mandaron convertía en espermatosoide en un viaje así inmediato hasta adentro de los huevos del Ignasio, mi papa de aquí. Y ná, me dedico a cuidar viejicos, y si les hago una manuela me dan dies euricos estras, que la cosa está mu mala y me vienen mu bien las perrillas. Pero cuando se hagan mosos mis dos hijos Yonatán y Asusena, haremos un ritual Kreñapita y nos tralfosmaremos en nuestra forma real, y aluego conquistaremos la Tierra con avansadas télnicas de hisnotisar que yo sé. Pero a ti no te haremos ná Mr. Letrina, ¡porque te quiero! ¡Eres el mejò! Tescucho toas las… Bueno, te dejo que mi Asu no para de darle a la puerta que dise que se mea tòa, ¡la puta la cría esta que jarte que tiene! ¡Un Besico rey!

Btrrgbrbgrbhbsshhhhhhhhhhhhhhhhhh (sonido del cagadero).


¡Oh, oh, yeah! ¡Yeah, yeah, maracuyeah y el copón de la baraja! ¡Rigoberta, qué tía más maja! Nuestros cagaderofans extraterrestres están hoy de enhorabuena porque seguro que muchos de ellos querrían salir en antena, ¡así que ya sabéis verdes amigos abandonad vuestra colmena que esto es una verbena! ¡Llamad de Júpiter, Saturno, Marte o Neptuno! ¡Llamad de Breniópide si el cuerpo os lo pide! ¡Aquí no somos racistas sólo un poco anarquistas, así que aterrizad vuestras naves que aquí tenéis mi pista!

Adorada Kalísñide alias Rigoberta que de los viajes interestelares eres una experta, viniste desde calcopín a nuestro planeta y fuiste directa a una bragueta, la de Ignacio, cuyos cojoncios fueron tu palacio, y más rápido que despacio llegaste a una seta para, a tus mil y pico años, volver a mamar teta... ¡Al final voy a ser yo el que se vaya de vareta! La verdad que es un verdadero honor para un servidor saberme a salvo de tus planes de hisnotisasión, pero antes me gustaría pedirte un último favor: ¡me tiro de los cabellos por tener el número de tu camello! No hace falta que me lo abarate, si es necesario le pago en oro de 24 quilates, ¡pero quiero saber lo que fumáis los colgaos de Pantufla del Aguacate! ¡Antonio prepara los petates y ves arrancando el yate que esta noche va a haber tomate!

¡Ay, ay, ay! Queridísimos hermanos de wáter, hay cabezas con agujeros del tamaño de un cráter en el que sus neuronas no dialogan, sólo combaten. Pero qué hacemos, ¿les atizamos con un bate? ¿Los colgamos del gaznate? ¿Envenenamos su comida sin que se percaten? ¡Para nada chavalada! No ensuciaros las manos que bastante mierda tragamos a diario, pero teniendo pasta en efectivo o un buen talón bancario, ¿para qué ser el villano habiendo sicarios?

Bromas malévolas aparte el tercer programa ya parte inexorablemente a otra parte, y desde la Tierra o desde Marte, para animarte o distraerte, cada miércoles volveremos a hablarte, cagaderoyente, ¡ten esto muy presente! ¡Mr. Letrina se despide por hoy en ‘Confesiones desde el cagadero’! ¡Buena suerte coleguillas y partidlo en dos si no cuela entero! ¡Yeah!

(Cuarto programa: http://vivirdesconectado.blogspot.com.es/2013/10/confesiones-desde-el-cagadero.html)

No hay comentarios:

Publicar un comentario