miércoles, 11 de septiembre de 2013

CONFESIONES DESDE EL CAGADERO

Primer programa de CDEC (la radio escrita)



¡Buenos días queridos radioyentes desconocidos! Bien avenidos y bienvenidos al estreno de este pequeño espacio llamado ‘Confesiones desde el cagadero’, y aunque esto no sea un rimadero, mi nombre es Mr. Letrina y ¡presento como me sale de los huevos quiero! El cagadero, ¡ay el cagadero! ¡Qué lugar ocupa en nuestras vidas tan importante! Nos bajamos los pantalones y no recibimos ningún desplante sea cual sea nuestro talante en dicho instante. En él hallamos paz y comprensión, intimidad y satisfacción, alivio y en ocasiones… ¡una peste del copón! ¡Pero retruécanos qué más da! Un cagadero no juzga a su ocupante, se limpie sentado, de pie, de lado o por delante. Un cagadero te mira al ojo sin ser oftalmólogo y soporta tu monólogo como el mejor psicólogo.

Pero aquí el cagadero no es el único protagonista, él es el médium y vosotros los artistas. Podéis mandar vuestras reflexiones, alegatos, anécdotas o confesiones para que salgan en antena, con la única condición de que al terminar tiréis de la cadena. ¡Y sin más dilación nuestro primer cagaderotestimonio! Por cierto… ¡lavaros las manos no os coman los microbios!


Hola Mr. Letrina. Me llamo Jacinto pero todo el mundo me conoce como “el Chupamuebles”. Y no, mi apodo no es en sentido figurado. En efecto chupo muebles desde pequeñito. Crecí portando esta  peculiar manía grabada en mi ADN, ya que sin duda prefería lamer el reposabrazos de un sillón o la pata de una silla antes que el chupete. Al principio me valía cualquier material, pero pronto la madera se convirtió en mi verdadera perdición. Hoy día soy capaz de diferenciar un contrachapado de un aglomerado con un solo lengüetazo, distingo sin vacilar entre la deliciosa caoba o el exquisito ébano sea cual sea el barniz aplicado, aunque nada como un buen barniz acrílico de poliuretano por supuesto. Esta atípica afición mía nunca ha sido bien acogida socialmente. Mis diferentes –pocas- novias siempre me han abandonado con la misma muletilla: “¡parece que esté besando una mesita de noche!” Como si eso fuese algo malo, rumiaba yo… Cuando ya había perdido toda esperanza por encontrar mi media naranja, el destino –internet- la puso en mi camino. ¡Amor a primera vista como en las películas! Su nombre Juana, Juana “la Chupaescobillas”. Reconozco que su aliento no me entusiasma demasiado… ¡pero nuestro amor, respeto y comprensión están más allá de cualquier halitosis! 


Btrrgbrbgrbhbsshhhhhhhhhhhhhhhhhh (sonido del cagadero).


¡La puta cómo está el mundo! (técnico de sonido: “¡Estamos en anteeena!”) Emmm, perdonar un segundo… (Mr. Letrina: “¡¡%$@$&% de mierda %$@$&% cabrón incompetente!!”) Disculpar este pequeño incidente, ¡cosas del directo! Vaya, vaya, ¡interesantísima la historia de nuestro amigo Jacinto! Un verdadero ejemplo de cómo escabullirse de un laberinto sin engancharse al vino tinto. Y todo gracias a Juana, una original ciudadana que ha sabido ocupar la otra mitad de su cama sin reproches ni escamas, sin aversión ni desgana, sólo de amor, respeto y comprensión está colmada esta trama.

Y digo yo mozos y mozas, ¿en el fondo qué son minucias nimias como chupar muebles o escobillas, adiestrar cucarachas o coleccionar colillas? En realidad todos somos más raros que un pollo con orejas, ¡y quien esté libre de pecado que tire la primera oveja! Una bonita moraleja tengo entre los dientes dedicada para ti, querido cagaderoyente: Jamás pierdas la esperanza en esta dura andanza repleta de amenazas; con entusiasmo siempre avanza aunque te den calabazas, coge tu corazón y haz la mudanza siendo valiente y no una nenaza, pues quien de verdad te merezca a tu favor declinará su balanza y querrá bailar la vida al compás de tu danza.

¡Ohhh qué cuqui mi epílogo sentimentalero! ¡Se ha emocionado hasta la piedra de mi mechero! ¡De repente me han entrado unas ganas locas de montarme en tu velero y ponerte yo el sombrero! ¡Ay que me pongo sandunguero! ¡En fin Serafín esto ha sido todo por lo pronto a gusto con la vida espero! ¡Mr. Letrina se despide por hoy en Confesiones desde el cagadero! ¡Buena suerte coleguillas y partirlo en dos si no cuela entero! ¡Yeah!

(Segundo programa: http://vivirdesconectado.blogspot.com.es/2013/09/confesiones-desde-el-cagadero_18.html)


2 comentarios:

  1. Bienvenido a mi blog. Es un placer tener un colaborador de estos quilates por aquí :)

    ResponderEliminar
  2. Gracias por dejarme utilizar tu wáter Súper Jaan, el placer es todito mío!! ;)

    ResponderEliminar