martes, 30 de octubre de 2012

Fiesssstaaaaa

En mi cabeza hay una fiesta, y yo aquí. Con los pies en el suelo. Esperando a... esperando a eso... a eso que se suele esperar... ¿esperar a qué?
En la fiesta de mi cabeza, como en todas las fiestas, hay un elemento que no se encuentra a gusto, y es un aguafiestas. Quiere arruinar la fiesta, y como ya lo ha conseguido en unas cuantas ocasiones, cree que va a hacerlo esta vez sin más dificultades.
¡Esta vez está más equivocado que nunca ese maldito bastardo! ¡No le voy a permitir que arruine esta fiesta!
El problema es que este pequeño cabrón es el que me hace tener los pies en el suelo, y solo él es capaz de hacerlos mover. ¡En qué momento le dieron semejante poder!
He decidido que voy a cambiar de estrategia. No voy a mandar a nadie para que lo intente convencer de que se mueva, que levante los pies del suelo. Voy a ir yo mismo. Y voy a obligarle a que beba, que se emborrache de euforia para poder llevármelo a la cama. ¿Cómo lo voy a hacer? Todavía lo estoy pensando. Espero que la fiesta aguante un poco más, ya que voy a necesitar un poco más de tiempo, pero creo que esta vez lo voy a conseguir.
La única cosa que temo es que me dé la vuelta a la tortilla, y me vuelva a convencer de que con los pies en el suelo se está mucho mejor. Este hijo de mil madres puede tener unos argumentos bastante convincentes, y yo ya voy bastante borracho....


No hay comentarios:

Publicar un comentario