miércoles, 10 de octubre de 2012

Plácidos sueños

A altas horas de la madrugada no se debería escribir. O al menos, eso dice mi cerebro, ya que mis dedos se han empeñado en soltar pensamientos dispersos que rondan mi cabeza sin ningún tipo de sentido aparente.
Seguramente las palabras que aquí estoy escribiendo, son vacías, sin sentido, y puede que inconexas, pero ¿qué le vamos a hacer? Mis dedos quieren escribir y mi cabeza no está para pensar, ¿qué coño esperabas?
La salud mental de un individuo depende en parte de las horas de sueño dedicadas, le recuerda mi cerebro a mis dedos. Pero estos pequeños cabrones no quieren acostarse sin antes moverse un poquito por el teclado del ordenador. ¡Malditos sean!
A veces pienso en la inmensidad del ser humano y me da bastante miedo mirar a mi alrededor. Será porque me siento pequeño en un universo enorme, o simplemente quiero meter un párrafo profundo en un texto de mierda, mi cerebro me está jugando una mala pasada.
Si mi cabeza quiere guerra, la tendrá. Son las 2:39 minutos de la madrugada, me muero de sueño y estoy peleándome conmigo mismo en una discusión absurda, y sin sentido aparente con un artículo de un blog como mediador. Creo que esta es la señal que esperaba para acostarme a dormir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario