lunes, 1 de octubre de 2012

Motivación laboral

La productividad de un individuo es directamente proporcional al grado de motivación que dicho individuo muestre en tal tarea. Si en eso estamos de acuerdo, ¿cómo podemos alcanzar el grado de motivación máximo para que nuestra productividad aumente del mismo modo?
¿Somos nosotros los únicos responsables de encontrar la motivación? En caso contrario, ¿quién debe motivarnos? Y lo más importante, ¿cómo motivarnos?
Es difícil motivar a un ser humano cuando su trabajo se ha convertido en algo repetitivo o monótono, o simplemente cuando no le gusta lo que está haciendo. Por otro lado, podemos ver claros ejemplos de distintos seres humanos con los mismos gustos, que realizan la misma tarea, pero con motivaciones diferentes y claros estados de ánimo entre uno y otro.
En este país, cuna de la cultura del trabajo "a destajo" se ha olvidado que en estos tiempos que corren, ya no es tan primordial el trabajo rápido, si no que se valora mucho más la calidad final del producto que el tiempo invertido en él, ya que la competitividad en todos los sectores actuales se ha puesto a un muy alto nivel.
Para alcanzar un alto grado de calidad laboral, un empleado debe estar motivado sí o sí. No hay excepción. Pero eso, las antiguas generaciones de trabajadores no son capaces de comprenderlo. Poner una excusa del estilo: "No estoy motivado para realizar un trabajo", antiguamente sonaba a excusa para no realizar la tarea, pero hoy en día, debería ser un motivo a tener en cuenta para el responsable de dicho trabajador, pues lo que está en juego es que el producto final sea mediocre o excelente.
Las nuevas generaciones tenemos que lidiar con unos jefes antiguos que piensan que la motivación es algo secundario, mientras que las nuevas compañías, fundadas por jóvenes emprendedores son las que están copando el mercado con una política excelente de motivación laboral, y unos productos muy por encima de las arrugadas empresas con políticas de cromagnon, o por qué no decirlo, política laboral española.
Mientras que este país siga con la herencia del modo laboral de la construcción, nunca podremos despegar y diferenciarnos del resto de compañías extranjeras. Hay mucho talento en España, pero no hay motivación. Espero que no sea demasiado tarde para remontar el vuelo.

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