viernes, 5 de octubre de 2012

Tecnologías y Socialización

Cómo joden las nuevas tecnologías. Cada día sale un nuevo artilugio, un nuevo gadget que "hace la vida un poco más fácil", y a su vez, nos hace más dependientes de los mismos, hasta el punto que no podemos salir de nuestra casa sin el puto teléfono móvil, o como lo llaman ahora: "smartphone".
Teléfonos inteligentes. Teléfonos que cada día son más inteligentes para gente que cada día es más gilipollas. Gente que cada día es menos sociable (presencialmente hablando) y que valora mucho menos los pequeños placeres de la vida como un buen café en compañía, y que prefiere sacar el teléfono de los huevos y que pasen las horas. No, amigos. No estamos avanzando. Estamos retrocediendo.
La idea de las tecnologías está muy bien en la teoría, pero muy mal aplicada en la práctica. Los teléfonos inteligentes pueden ser muy útiles para situaciones desesperadas. El problema viene cuando explotamos un producto hasta sus límites. Y esto, en esencia, es lo característico del ser humano.
Tenemos la ilusión de que necesitamos artilugios que son totalmente prescindibles en nuestras vidas. Y somos conscientes de ellos. Sabemos que si nos compramos un ordenador portátil, nos recluiremos un poco más en casa y saldremos menos a la calle a practicar actividades sociales. Pero lo aceptamos, y vivimos con ello. Con dos cojones.
Yo, como profesional, me avergüenzo de formar parte de este mundillo, y seguir creciendo esta burbuja social fantasma que tendrá que reventar de un momento a otro. Porque así funcionamos. Porque somos unos capullos, y nos orgullecemos de ello.


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